Voy a buscar tu boca hasta que lluevan.
Voy a buscar tu boca hasta que lluevan
las alas
en los hombros de los ángeles,
hasta el pozo más hondo de las lunas,
hasta el llanto irredento de los sauces.
Voy a buscarte oscura,
hasta que olviden
sus últimas canciones los juglares,
hasta el tiempo sin mácula en los vidrios,
hasta el ciego crepúsculo en el aire.
Voy a buscarte, libre,
hasta que extinga
sus páginas el libro de la sangre,
hasta el corzo despierto en el aullido,
hasta el viento de miel en los enjambres.
Voy a buscar en voz
hasta que cierre
el lirio amor-atado sus telares,
hasta el hueco sagrado de una vulva
hasta el canto de gozo de una madre.
Voy a buscarte, así,
porque no tengo
más forma de morir que esta de hallarte.
Juan José Alcolea Jiménez.
Del libro “Al borde de las siete de la tarde”.