Características de los recursos estilísticos.
Debemos tomar en cuenta que “la misión del que escribe no sólo es decir, sino expresar. Por eso, cabalmente, no ha de decirse todo, sino lo esencial. La expresión es el arte; la simple comunicación civil por obra del lenguaje carece de nervio y valor”, como lo precisó Antonio Caso.
Con el simple enunciado de lo que sucede, se puede llegar a la descripción de cuadros muertos, por eso es común que para darle vida, dándole un toque muy personal, se utilizan recursos estilísticos y retóricos, con lo que le damos giros indirectos, o utilizamos figuras indirectas que aumentan nuestra efectividad en la comunicación, porque debemos recordar que “el buen estilo ha de ser, además, vivo, pintoresco. Mostrar lo que se quiere decir es más efectivo que explicarlo.”
“Para conseguir esta viveza descriptiva, conviene destacar lo fundamental para que se grabe con fuerza en la imaginación del lector”, como lo recomienda Gonzalo Martín Vivaldi
Todos los recursos estilísticos deben cubrir ciertas características mínimas, las cuales podemos resumir en las siguientes:
Claridad:
Su fin fundamental es aclarar algo, para que el lector lo comprenda con facilidad.
Naturalidad:
Ni rebuscado, ni artificial. Debe ser espontáneo, sin esfuerzo.
Justo:
Para que la relación entre el pensamiento y la imagen quede bien establecida y no resulte incoherente.
Sugestivo:
Que llame la atención con gracia y espontaneidad, a efecto de que despierte en la imaginación del lector una relación directa con lo que se quiere expresar.
En el uso de los recursos estilísticos, debemos seguir la recomendación que hace Aristóteles en su Poética cuando habla de la metáfora, en el sentido de que sea “la mesura norma común a todas estas partes. Porque si se usan inconvenientemente metáforas, palabras peregrinas y demás especies por el estilo será como si de intento se las empleara para hacer reír”, y no solamente eso, su abuso provoca monotonía, un estilo alambicado, insoportable.
Phillip H. Brubeck G.