Hoy tuve tiempo

Hoy tuve tiempo.

Hoy tuve tiempo de estar contigo, de conversar contigo, de hablar contigo. Metí mi celular en el bolsillo y ya no pensé en ese aparatico tecnológico que nos está robando todo. No quería perderme ni un segundo de mirarte a los ojos y descubrir tus más adentros; recuerda que los ojos son el espejo del alma; no para “desnudarte”, sino para constatar la bondad que hay en ti. Disfruté de tu palabra, de tu risa, de tus alegrías, y también de tus lágrimas al contarme lo de tu padre.

–Profe, se marchó en silencio; no nos dijo nada, solo nos miraba con ojos de temor ante la partida. Yo, lamento tanto ahora no haber podido disfrutar de más momentos con él, profe. Más momentos de conversación sabrosa con mi padre; su tremenda alegría al transmitirnos sus experiencias, sus consejos, sus anhelos, de darnos lecciones para la vida, valores, con una profundidad celestial, y, me disculpa, profe, pero mi padre era así, angelical, sabihondo, casi perfecto, porque la perfección absoluta, total, solo la tiene nuestro Padre Celestial.

Lo sé, amigo. Nosotros, los seres humanos, gastamos nuestro tiempo en tantas cosas diversas, que no tenemos tiempo de decir a los nuestros lo mucho que les queremos, y solo se nos activa ese sentimiento ante la partida. Yo, amigo, he estado luchando para “aprovechar” el tiempo, y decir a todos que los amo.

Amigos míos, Pastorino, Toribio, Tulio, Ligia Elena, el tiempo que pasamos con los amigos es lo que hace al tiempo y a los amigos algo tan especial, espectacular. ¡No digamos el tiempo que pasamos con la familia, los hijos, tu esposa, y también con algún desconocido que nos aborda como necesitado de tiempo!

Las amistades, los amigos y los amores se construyen de pedacito a pedacito, de pedacitos de tiempo, que vivimos con cada persona. En este momento estoy totalmente de acuerdo con Konrad Adenahuer quien dijo que “El amor no tiene cura, pero es la medicina para todos los males”.

La cantidad de tiempo que pasamos con ellos, con nuestros familiares y amigos no es tan importante como si lo es la calidad con la cual «vestimos» cada segundo con ellos.

Un minuto con ellos, contigo, con tu padre, con tu madre, puede ser más importante que un día entero a tu lado, pero «perdido» en los mensajes y tiktoks del celular, en el tono que me avisa de un mensaje de WhatsApp.

– «¿Cuánto tiempo vas a estar conmigo?” –me pregunta ella.

–» A veces» le digo. «Quizá un segundito, tal vez. Pero el tiempo que estaré contigo será lo mejor de mi tiempo y lo especial del tuyo.»

Voy a darle calidad a ese momento o momentito contigo. Compartiremos risas, alegrías, y tal vez amarguras, pero será mi tiempo para ti y tu tiempo conmigo. O si te parece, gastaremos unos segundos en silencio, pero será tu silencio a ritmo de vals con el mío, quizá pensando en el Tiempo, es su volatilidad, en lo rápido que va ahora, en lo “corto” que puede ser si el Creador así lo dispone.

No existe tiempo perdido con los amigos. ¡No! Es tiempo ganado, aprovechado, tiempo que recordaremos para toda la vida.

Lo importante es aprovechar cada minuto contigo, cada minuto vivido. Cada uno de ellos es un pedacito de nuestro corazón.

Si vienes a pasar un momento, no traigas tu celular, o si lo traes, déjalo en tu chaqueta.

–¿Por qué me dices eso, que no traiga mi celular?

–Porque si lo traes no tendrás tiempo para hablar conmigo, y yo hoy tuve tiempo.

Oswaldo Adelis Abarca.

You may also like this

25 julio 2024

El voto subterráneo

<!-- wp:heading --> <h2 class="wp-block-heading">El voto subterráneo</h2> <!-- /wp:heading --> <!-- wp:paragrap

admin
24 julio 2024

El otro Titanic

<!-- wp:paragraph --> <p>El otro Titanic</p> <!-- /wp:paragraph --> <!-- wp:paragraph --> <p>Muchos hemos escucha

admin
27 junio 2024

Despidiendo a la diáspora con tragos agrios de ajenjo

<!-- wp:heading --> <h2 class="wp-block-heading"><strong>Despidiendo a la diáspora con tragos agrios de ajenjo</strong

admin

Leave Comment