EL MOTOR DE MI INSPIRACIÓN
Eres, mujer, el motor de mi inspiración, haces fluir las palabras para saltar con agilidad a la pantalla del monitor; se acomodan una tras otra para formar un canto eterno a la vida, al amor.
Siempre me has acompañado, aún en aquellos momentos cuando más angustiado me sentía por la soledad, tu imagen desaparecía y el silencio se negaba a dar paso a tu voz; era un vacío negro, profundo. Sin embargo, en lo más recóndito de la desesperación, la esencia del ser más perfecto creado por Dios llegaba a mí, me asía para evitar seguir en la espiral del descenso, y luego, cual ángel guardián, me llevaba nuevamente hacia la luz y la alegría de vivir.
Tus miradas, palabras y caricias son generadoras de ese estado de ánimo ideal para escribir. Muchas veces fuiste etérea, aunque no te podía ver ni palpar, impulsabas mi pluma. Otras muchas tu presencia física, tu rostro, tu sonrisa, enhebra las letras, una tras otra, con gran variedad de tonos y ritmos, para llenar las cuartillas sin descanso.
Gracias a Dios eres distinta a mí, no somos iguales. ¡Cuán aburrido sería! La monotonía repetida hasta el infinito de los productos industriales producidos en serie, sin variante alguna. Nuestros gustos son diversos, lo mismo sucede con las habiidades y pasatiempos. Sin embargo, lo más importante son los puntos en común: la fe en Dios, de donde derivan los valores morales, fundamento de nuestro actuar, origen del amor. Porque nos sabemos diferentes nos aceptamos como somos, nos respetamos, dialogamos y eso nos ayuda a comprendernos, a compenetrarnos.
Tienes la belleza en el alma, se refleja en tu rostro, tus cabellos y el garbo de tu porte. Hermosa inspiración de mi canto.
La ternura de tus palabras alivia mis penas, en los momentos difíciles cuando las preocupaciones económicas me agobian. Viene siempre impregnada con una fuerte dosis de comprensión, especialmente para mitigar la frustación de los planes postergados por causas ajenas a mi voluntad, especialmente cuando el avance, los resultados, dependen de otras personas que no responden en el momento justo en que se necesita. Sí, tus palabras, tus caricias, desvanecen ese sentimiento de frustración.
En los días de alegría tú has sido la fiel compañera en todo momento, compartes la dicha, el triunfo, lo mejor.
Eres, mujer, el motor de mi inspiración…
Phillip H. Brubeck G.