¡Feliz Día del Maestro!
Uno de los paradigmas en los cuales se sustenta la reforma educativa en nuestros días, consiste en que el maestro transmita de manera adecuada y actualizada los conocimientos sobre las distintas ciencias que deben adquirir los educandos, utilizando métodos que los ayuden a razonar para entenderlos en sus causas y efectos, con el propósito de aplicarlos en el momento indicado, pero además estén en la posibilidad de desarrollar nuevos conocimientos y habilidades físicas o intelectuales.
Según la propaganda oficial en la televisión, se busca dejar a un lado el método memorista, con lo cual pueden asimilar de mejor manera el patrimonio cultural que nos han dejado las generaciones anteriores, pues consideran que con ello se tienen las bases para un sólido desarrollo profesional.
No cabe duda que el dominio de los aspectos científicos y técnicos de cada profesión que se adquieren desde el jardín de niños hasta el doctorado, son de primordial importancia para el desempeño profesional, no obstante, la educación no se debe quedar en la transmisión de los contenidos académicos de una generación a otra. Debe ir más allá, a fomentar la capacidad de juicio para discernir lo bueno y lo malo, lo falso y lo verdadero, lo que a final de cuentas les ayudará a determinar las mejores opciones para encontrar en la solución de los problemas a los que habrán de enfrentar en su vida profesional.
Bien explica el Huehuehtlahtolli, la antigua palabra de los ancianos nahoas: “y si aún un día, dos días aquí, gracias al Dueño de la cercanía y de la proximidad veo por ti, aún te haré comer el jade, la turquesa de forma que no sigas al conejo, al venado, para que no en algún lugar caigas en un agujero, y quedes ahí enredado. Porque sólo así seguirás el camino recto, el que siguen los que son cofres, los que son petacas guardianes de los bueno sobre la tierra, y quienes son muy respetuosos y acatan a los demás, a los que se les tiene confianza, y bien dentro de ellos se coloca el collar, la pluma de quetzal, el jade.”
La educación implica la transmisión activa de los valores humanos y morales.
En este sentido, la educación implica la transmisión activa de los valores humanos y morales, que lleven no solamente a una aplicación correcta de los principios científicos en las necesidades cotidianas, sino además inculquen actitudes de justicia y solidaridad en el trato con sus compañeros de trabajo y a quienes acuden solicitando sus servicios profesionales, con lo que se puede influir en la creación de una sociedad más justa. Mas esto los maestros lo deben realizar no solo de palabra, sino con el testimonio de su vida, a efecto de que los educandos constaten la congruencia de lo que se dice con lo que se hace, para lograr la auténtica comprensión mutua entre todas las personas.
Esto a su vez llevará a practicar actitudes de libertad respetuosa entre las personas, en un marco de responsabilidad consciente, con la sincera y permanente búsqueda de la verdad y el servicio a los hombres como agentes positivos en el cambio social que se requiere actualmente para sanear los problemas sociales que están afectando gravemente a nuestra sociedad.
Pero también es conviene fomentar las capacidades creativas y estéticas, toda vez que la vida del ser humano no se limita exclusivamente a los aspectos científicos y sociales, sino que su espíritu le lleva a ser creativo, innovar de manera constante, así como gozar de las bellas artes como medios para el crecimiento integral, especialmente en los aspectos emocionales, pues está comprobado que quienes tienen inclinaciones por las bellas artes, aunque sea de manera amateur, tienen mayor estabilidad emocional y controlan mejor sus impulsos.
La verdadera educación no se limita a impartir conocimientos sino que fomenta la dignidad y fraternidad humanas y prepara a abrirse a la verdad objetiva.
Phillip H. Brubeck G.
People Comments (5)
Encarna Martínez Oliveras mayo 18, 2017 at 5:14 am
Querido Phillip. Es un buen artículo. No sé cómo piensan hoy los maestros en México con respecto a sus funciones y a la formación que deben impartir. Aquí en España hay división: unos creen que ellos tienen deber de educar y otros que no. Y dentro de los contenidos en los que deben educacar a los niños también hay disparidad. Para qué hablar de lo que cada uno entiende por valores.
Después está el problema de los padres: una parte de ellos ven al maesto como un enemigo que trata de hacer la vida imposible a sus hijos, y lejos de apoyarle en la educación que trata de impartir (a veces con grupos de energúmenos en las aulas), se enfrentan a él delante de sus hijos quitándole la escasa autoridad que le queda. En mi opinión es un estúpido intento por lavar la conciencia de quienes no dedican tiempo a sus hijos y en sus hogares reina el caos total en cuanto a la educación de estos.
Hoy el acoso escolar empieza a tener visos de plaga ante la impotencia de familias a las que sí preocupa la formación y educación de sus hijos. ¿Qué hacer ante este desastre? Porque no olvidemos que los chavales pasan 8 horas en el colegio, tiempo en el que reciben las primeras señales para su futura convivencia como adultos en una sociedad plural.
Pero lo que más preocupa es que en algunos centros es imposible ya dar clase. Por un lado están los alumnos que impiden el desarrollo normal de la enseñanza; después están los inmigrantes, niños recién desubicados de sus países europeos o de países de Latinoamérica que han de adaptarse a nuevas costumbres y que han dejado atrás amigos y familia; pero también están los que llegan desde la pobreza y la miseria de las guerras y se encuentran con un mundo que ni en sueños habían imaginado, donde todo les supone una novedad casi mágica y, perdidos como se hallan esa vorágine que les engulle, se ven inmersos en una cultura desconocida y rodeados de niños que hablan un idioma que ellos no comprenden. Con esto, han de seguir la marcha del curso sin comprender lo que el maestro explica en el aula.
Ante este panorama, ¿cómo es posible desarrollar un plan de trabajo en las escuelas? ¿Cómo puede en su día a día llevar a cabo el maestro su entrega profesional? ¿Cómo implicarse con los alumnos cuando estos le rechazan y se mofan de sus iniciativas? ¿¿Cómo explicar a los padres de alumnos del colegio público de ciertas barriadas que su hijo no puede aprender más porque el conjunto de la clase lo frena?
Un abrazo
admin mayo 18, 2017 at 7:17 pm
Querida Encarna:
Aquí el problema de los migrantes no lo estamos viviendo de manera tan grave como es el caso de España, donde se ha convertido en un destino, especialmente de los africanos que huyen de las guerras, o simplemente buscan un mejor nivel de vida. México es un país de paso, especialmente de migrantes procedentes de América Central que van a Estados Unidos, por lo que no tenemos las barreras del idioma. Como país de paso, los niños no ingresan a las escuelas, y esto es grave porque se quedan sin la educación que ahí pueden obtener.
En cuanto a la actitud de los maestros, los tenemos buenos y malos. Algunos, especialmente en los estados de Oaxaca, Guerrero, Chiapas y Michoacán, no les interesa la calidad de su trabajo, les importa más participar en las manifestaciones en contra del Gobierno, que en muchas ocasiones son violentas, por lo que además pasan mucho tiempo en paro de labores, por lo que los niños no tienen sus clases. Pocas veces llegan a tener más del 50% de las horas clase por año escolar.
En otros estados, como Durango, hay pocos problemas de este tipo con los maestros y por regla general cumplen con sus horarios y los días de clases, aunque hay quienes se limitan a transmitir solamente los contenidos de los programas de estudio, pero también hay muchos que se preocupan por sus alumnos y los guían, educándolos en los valores humanos, ya que, con el pretexto de que la educación debe ser laica en las escuelas oficiales, hablan poco de los valores morales, aunque a veces lo hacen de manera velada.
Lo que sí hemos visto es que hay padres de familia que no permiten que se corrija a sus hijos, especialmente cuando los niños son de más de traviesos, por no decir maldosos, y ni se les ocurra castigarlos porque de inmediato son denunciados ante la Comisión de Derechos Humanos, y con eso se les resta autoridad para corregir a los que están realmente mal.
Un abrazo.
Phillip.
Encarna Martínez Oliveras mayo 21, 2017 at 11:17 am
Gracias por tu comentario, Phillip. en realidad, en todas partes cuecen habas, o malo es que son los chavales los que pagan el pato y cada vez están menos capacitados desde el punto de vista cultural, de conocimientos, etc. Es decir, que se transmite al mañana.
Un abrazo
admin mayo 26, 2017 at 5:34 am
Así es Encarna, con estas actitudes negativas los malos maestros transmiten lo negativo a sus alumnos, y muchos de ellos lo repetirán con sus hijos.
Sin embargo, gracias a Dios son más los buenos maestros, los que tienen su vocación bien cimentada, los que contribuyen realmente a educar a los niños.
Un abrazo.
Phillip.
Encarna Martínez Oliveras mayo 26, 2017 at 6:09 am
Eso espero
Un abrazo