COSA DE POETAS .
Nos los consumidores de metáforas
Nosotros, pretendidos vates
aficionados a pensar en versos,
en estrofas y palabras cantarinas.
Somos humildes, vergonzosos descendientes
de aquellos que en días pretéritos
golpearon el parche rítmico
y desplegaron la melodía inconfundible
de la palabra cantada.
De la palabra poética.
Ah, si te hubiéramos
descubierto a tiempo Walt Whitman
si además de tangible
contemporáneo nuestro
hubieras sido también
de nuestra edad Machado,
Becker, Quevedo querido
Rimbaud, hermano Baudelaire.
A lo mejor Rubén está naciendo.
Ojalá sea mentira
que Pablo se ha muerto de tristeza.
Pueda ser que Federico haya zafado
y ande ahora exiliado
entre gitanos trashumantes.
Escucho la potente voz del
Negro Guillén, que aún no se despide
y creo que Alfonsina estará en la playa
meditando su próximo poema.
Oliverio se quedó, ese nunca se ha ido
debe andar por ahí, reencarnado
en alacrán o sacamuelas.
En qué post, estará Nazim Hilmet
¿en qué sitio de la red?
Podré encontrar a los Hernández
¿Hará Maiakoski mítines por WhatsApp?
O seremos nosotros
humildes descendientes
de las Juanas, los Vallejos,
Armandos, Amados y Daríos,
quienes estamos convocados
a retomar esas eternas musas
y con la palabra nuevamente encendida
que todo lo dice, que nada calla,
que todo lo recuerda,
eternizar la lírica,
globalizar la estrofa necesaria
dar cuenta del momento y de la historia,
para el sujeto sensible de estos tiempos
que sumergido en las marañas tecnológicas
seguirá disfrutando
de versos, imágenes, metáforas.
Porque no ha perdido ni perderá,
una pizca de su tan humano
y eterno sentimiento de poesía.
Avelino.
Del libro “Juguemos a la vida”.
