El ocaso.

Cover El ocaso.

El ocaso.

El ocaso.

La niña estaba tan callada que hasta su sombra había mudado para ser silencio.

Yo la observaba, interrogando, acechando en la quietud de su frente. Pero la niña aún era niña, incógnita en el mundo incógnito, frágil tras el velo de su mirada inocente.

Entre púrpuras, el sol se escondía, y la niña se despidió, lentamente. Un breve escalofrío recorrió su piel, y entonces de sus labios escapó un susurro de duda:

“Adiós, hasta mañana. Porque… te veré mañana… ¿Verdad? “

El rostro infantil fabricó su primer gesto de turbación. La sombra, ya ni siquiera vibró.

Había sido su primera despedida.

Encarna Martínez Oliveras.

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