Navidad
Tal y como se presentaban las Navidades, de lo único que tenía ganas era de que pasaran pronto. La situación familiar me estaba haciendo tanto daño que llegaba a sentir dolor físico.
Procuré estar ocupada para evitar pensar. Decidí hacer una felicitación especial a los amigos y se me ocurrió utilizar el “Power Point”. Me costó, me costó…; pero después de muchas horas lo conseguí.
Seleccioné los destinatarios en los que pensaba mientras la preparaba, segura de que les gustaría. Al final, pulsé “enviar”.
Dos horas después recibí una respuesta que me emocionó profundamente y consiguió cambiar mi estado de ánimo:
“…y no veo el momento de llegar a casa para compartirlo con mi mujer y mis hijos”
Dos lágrimas y una sosegada sonrisa.
Al menos en una familia, la Navidad existe. Y me aferré a ello para recuperar la ilusión.
Encarna Martínez Oliveras
III Antología de VIVENCIAS, Premios Orola 2009