LAS ANGELITAS.
A las enfermeras del ISSSTE.
¿Sabes, hermanita, cómo son las angelitas?
Anoche, cuando papá me cuidada, vi muchas de ellas, son tan hermosas como lo más que te puedas imaginar.
Diosito las hizo para que cuando los niños están muy tristes y les duele todo, ellas hacen el milagro de quitarles sus dolores y les devuelven la felicidad, con esa sonrisa que siempre tienen y sus manitas mágicas.
Yo creo que tienen algo de mamás, las puedes ver cuando más las necesitas, sus palabras son muy tiernas, saben por qué te enfermaste, qué es lo que tienes y te dan la medicina sin que sepa feo ni te duela la inyección.
¿Sabes?, anoche las vi cuando me cuidaba papá, son maravillosas, se mueven de un lado para otro con mucha rapidez, aunque no les vi sus alitas, porque creo que las mueven muy rapidotote como los colibríes, parece que sus pies no tocan el piso, porque no hacen ningún ruido al caminar.
Son muy ágiles, Diosito les dio una condición física extraordinaria, si las necesitas, aunque no las llames están junto a ti; alcanzan cosas que están muy altas colgando del techo, o se agachan para recoger al niño que está gateando; nunca se cansan, las puedes ver ir y venir todo el día y toda la noche, siempre contentas buscando la alegría de los niños que lloran.
Son criaturitas de Dios con un corazón enorme que no cabe en sus pechos y por eso lo reparten entre todos los pequeñines del mundo.
Por eso, mi querida hermanita, estoy seguro que por ellas, por la atención que me dieron durante los muchos días que estuve en el hospital me curé y ahora puedo estar jugando contigo en la casa.
Porque unas angelitas adorables, les doy las gracias de haber sido enviadas por Dios para que me aliviara.
Gracias enfermeras, por haberme ayudado a recuperar la salud.
Phillip H. Brubeck G.
