CRECE UN MURMULLO
Desde temprano, las hojas caen sobre el espejo del agua, luego de dibujar pequeños círculos se enfilan río abajo, ondulando en el reflejo de los sauces.
Sigue la lluvia,
bajo un cielo nublado
los peces saltan.
En la mirada tienes la imagen azul de las montañas y, por instantes, el resplandor fugaz de los relámpagos. La humedad de tus labios se extiende hasta empañar la luna del espejo.
Vuelves la cara
una triste sonrisa
trasmina el tiempo.
Guardas azahares en el bies del escote y se perfuman tus senos con el aroma perdido de la noche…
Crece un murmullo
de la noche invadiendo
tu suave cuerpo.
Everardo Antonio Torres González.