Demencias.
¿En dónde te escondes?
el ángel abandonó
ese huerto de los sueños
y no has vuelto la página.
Temes que mis palabras sean
las tuyas,
que mis recuerdos sean los tuyos y
por eso te aferras a pensar que somos dos
y no uno.
Te aferras a llorar ausencias
en lugar de detener a mi enemigo:
el Tiempo…
culpable…
culpable de extraviar instantes
que sirven para dispersarme.
Has jurado beber de mi fuente
cuando tu alma tenga sed,
pero la sed a ti, nunca ha llegado.
Has hablado con tus travesías,
les dices que retrocedan.
Solo te queda viajar
sin demencias,
negándote el soñar junto a mí,
castigando dos razones,
cuando una son.
Lucero Mercado.