Don Mario
Cuantas veces
desató
mi pasos atontados
de amor,
cuantas otras
dio alas de esperanza
a mi desamor,
cuantas veces
me hizo el cuento
de que la vida
se decantaba
en una poesía
escondida
detrás de la utopía.
Cuantas veces
reviví
entre sus poemas
revolucionarios
y esenciales,
descubriéndome
en la imperfección
más colorida
y especial
de los años locos.
Cuantas veces
me abrió los ojos
y el alma
como un sabio
con su llave
de hombre escritor
decidor
y sentidor.
Cuantas veces
di mi lucha
más tierna
y brutal
en el exilio
que nos dio
su resplandor.
Cuantas gracias
y bienvenidas
le debo
Don Mario.
Jorge Mercadal.
Uruguay.