ENTRE RAMAS Y EL CANTO…
El viento remece las ramas de los sauces; un canto de paloma, entrecortado, alcanza con su eco, el filo de la luna de nieve.
Los patos se alejan y, apenas, se vislumbra una parvada perdiéndose al final del bosque de encinos y neblina.
La tarde es fría
y las hojas se arrastran
entre los charcos.
Amanece… la luz del alba blanquea la piel de tus hombros que se entibia con mis manos enconchadas. Desde el fogón cintilan llamas que agonizan entre carbón y rescoldos, entre nostalgia y el silencio entrecortado por ráfagas de viento.
Cierro los ojos
un perfume de azahar
invade el cuerpo…
Apenas se percibe la luz en tus pupilas, la suavidad del día que se desdobla en la copa de los pinos, en las charcas y en la tibia saliente de tus caderas.
La mirada se pierde en la ventana, tras el vuelo migrante de los patos, tras el bamboleo de las ramas de los encinos, tras la niebla con perfume de azahar que brota de tu cuerpo.
Sube la niebla
entre ramas y el canto
de una paloma.
Everardo Antonio Torres González.