DETRÁS DE LAS NUBES.

La luna que se esconde tras las nubes, mantiene su brillo,
descubriendo colores que adormecen y alegran sentidos.
Creciente o menguante, no hay nubes que oculten
la majestuosa belleza que se descubre cuando alguien tiene pena.

Entre las ramas, se esconden las aves,
para descubrirles, se debe seguir sus trinos que alegran las mañanas.
Colores de plumajes sin comparación, se dibujan similares
igualando su belleza, jamás.

Sol que te escondes tras la elevada montaña, ocultado
la vida que su brillo a todos alcanza.
Desde el norte hasta el sur, de este a oeste.
Camina por el cielo, sin detenerse, alumbra sin reparos.
Rompiendo hielos eternos, sin que nadie les dé una mano.

El hombre camina casi descalzo, por la vida,
consumiendo dolores, que se ocultan con una sonrisa.
Palabras dulces y amargas no salen, para ocultar
los dolores que nadie imagina y sabe.

Cansado de cada sonrisa que del corazón no sale.
El viento seca las gotas de su alma, sin maldades.
Las ironías se confunden con sátiras de la vida,
para seguir caminando, sin penas, con alegrías.

Quien no oculta una pena, no oculta una alegría.
Quien no camina de prisa, no alcanza la cima.
Quien no llora en silencio, no siente que aún tiene vida.
Quien no da un abrazo, olvida que ese calor,
ayuda a mirar hacia arriba, buscando esperanzas,
que en medio del olvido, las manos aunque frías
dan esperanzas, para levantarse sin iras.
Duermen las angustias, detrás de las nubes de la vida.
una sonrisa leve, duerme los dolores que aprietan las sonrisas.

Moisés Jorquera Vivanco.

Del libro «Algo personal».