Quien no camina sin prisa.
Lejos del gentío que aprieta los pasos del caminar,
distanciando el encuentro que se espera, sin final.
Apurando los pasos hasta donde te encuentras.
largas jornadas, sin descanso.
Tiempo que acompañas etapas de un encuentro, un abrazo.
Allí donde nadie imagina, un encuentro sin angustias.
Pasos ligeros hasta encontrarse, despiertan miradas
después de marcharse.
Sigiloso tiempo de una tarde, cuando no se encuentran.
Las pisadas se aferran, sin descanso hasta mirarse.
Es la dura espera de un tiempo que no se ve,
lento sentimiento que se agranda, al encontrarse.
Despiertan los días, sintiendo que se ama.
Lejos en las distancias, cercanos en los sentimientos.
Se apuran los pasos para encontrarse.
Caminar de prisa sin desfallecer y besarte
despuntar los rayos del sol al encontrarse.
Sentir que no quedan espacios, de encontrarse.
Sentir que caminar lento distrae fugas
del tiempo que queda para besarse.
No hay tiempo, no hay rumores de espanto.
Las madrugadas anuncian que no hay espacios
en las angustias de un rato.
No hay prisa de apuros, pero hay prisa de encontrarse,
prendido de sentimientos que despiertan,
las madrugadas por robarte, los besos de besarte
entre caricias de caricias, sin cansarse.
Quien no camina de prisa, no encuentra el amor
que espera desde que llegaste.
La vida apura sentimientos, que despiertan
los sentidos para amarse.
Moisés Jorquera Vivanco.
Del libro «Algo personal».