Vuela pluma, vuela.
Vuela pluma, vuela, llévame a esos mundos por ti creados, donde todo es posible cuando la belleza penetra en el alma y se adueña de mi ser para regresarle la tranquilidad.
En el rasgueo sobre el papel, con tu estela de tinta, cuéntame las historias de esa gente maravillosa salida de no sé dónde, capaz de amar sin reservas y de combatir la maldad imperante en el mundo.
Libera las ideas, hazlas volar más allá de la inmensidad de los mares; como brisa vayan refrescando las arenas de los desiertos y acaricien los pastizales de las praderas. Impúlsalas por entre la frondosidad de las selvas ecuatoriales para que recojan los cantos de las aves habitantes de sus árboles. Elévate por encima de las cumbres nevadas, entre el aire diáfano, donde todo es ligero como el vuelo del águila.
En este viaje llévame por todo el mundo, úneme con mis hermanos creadores de las bellas letras, que gustan jugar contigo entrelazando las ideas unas con otras en desfile interminable de hojas que marchan unidas con su mensaje de amor a la persona amada ensalzando sus bondades y la alegría de estar siempre juntos. Cantos a la belleza regalo de la creación.
Surgen palabras de justicia, libertad y esperanza, para acompañar ese espíritu muchas veces lacerado por circunstancias adversas que quisiéramos nunca hubiesen existido, pero ahí están, recordándonos que debemos mantenernos firmes, pues solo así lograremos llegar a la unión perfecta con el Verbo eterno.
Vuela pluma, vuela, llévame con los amantes de las bellas letras, lectores que buscan una palabra de acompañamiento en goce desinteresado del arte, con el simple afán de gozarla en su integridad. Deposita ante sus ojos tu mensaje de un mundo nuevo al cual es posible llegar.
Lleva mi agradecimiento a los más de sesenta escritores de nueve países en tres continentes, que durante siete años han sostenido con sus obras la aventura de Ediciones Bellas Letras en el ciberespacio; son ellos quienes mantienen la atención de los miles de lectores que nos abren sus pantallas, algunos son nuestros vecinos, nuestros amigos, pero la gran mayoría, dispersos por el mundo, en silencio gozan nuestros poemas, cuentos y reflexiones, no solo en nuestros países de origen, también en casi todas las naciones hispanoparlantes y hasta en aquellas donde ni siquiera sospechábamos hubiera alguien que hablara la lengua de Cervantes.
Vuela pluma, vuela, lleva nuestro agradecimiento a escritores y lectores, por permitir este séptimo aniversario de la página de Ediciones Bellas Letras.
Phillip H. Brubeck G.
