Sangre de mi sangre
Somos los que nacimos empapados de la misma sangre, conectados por generaciones y años de experiencia que ahora corren de inicio a fin por nuestras venas, sistemas interconectados van de uno en uno pasando por cada uno de nosotros donde el corazón recibe su nombre.
Volamos como si fuera el último día de nuestras vidas, cierro los ojos y me veo en el océano rodeado por ellos, ¡FAMILIA!, mi vida y mis decisiones, el terror se va, búscame donde solía tener miedo, ahora manejamos el juego y despertamos con las fuerzas de un guerrero.
Cada uno de ellos forjó este poderoso y perfecto corazón, con una armadura de cicatrices que mis padres y abuelos cosieron a mano, hecha de consejos y una infalible guía que me permitió seguir adelante, repleta de orgullo y amor que inyectaron en mi piel tras el esfuerzo de cada uno de sus puños.
Primos y una hermana que me salvó de un colapso inmediato, ; cuando me derrumbo puedo escuchar a mi madre decir letra por letra mi nombre y a toda una familia que vive en mí a cada instante, detente a pensar por un momento, ¿qué somos sin la fuerza de sus palabras?
Puedo ver a través de mis ojos que gracias a ellos hay un amanecer detrás de cada anochecer, somos uno, somos piedra y hierro inalterable, mentes positivas y pedazos de nobleza adquiridos en la batalla, vivimos tomados de las manos, con fuego sellando cada una de nuestras esperanzas.
Nunca te olvides de que estoy aquí, nunca permitas que se te niegue la oportunidad de pensar en tu familia, luchamos a capa y espada, vivimos en un mundo fuera de control, un mundo, mi mundo en lo alto gracias a cada palabra salida de sus bocas al estar controlando mi campo de serenidad.
L.E.O. Hernández Calderón