Un pensamiento resiliente.
He mirado a mi alrededor y he podido dejar de apreciar en mi vida, ese trauma vivido con anterioridad y he nacido nuevamente a la verdad.
Con el arte de mis manos, mariposas hice flotar, mas en el horno encendido los bizcochos se volvieron esponjas, por esa razón la pastelería es mi vida, insertada nuevamente en el sistema, de que pronto, aunque rebote, aprendí la fortaleza de la caída.
Al tratar de ser el que uno es, ha surgido en mí, una pregunta: ¿Cuál será el camino del trabajo juvenil después de esta pandemia?, no nos proyectamos, no tenemos clases, ¿cómo nos vamos a graduar e insertarnos en el mundo laboral, si las fábricas no están recibiendo gente joven para trabajar?
Puedo tener mis sueños, pero también hay que cumplir con las necesidades humanas y ese es el derecho al trabajo, a esta edad que nos estamos formando como verdaderos seres humanos aportadores a la sociedad por intermedio de nuestro empleo.
Por esto necesitamos una guía y sanidad del fin de la pandemia para que volvamos a la normalidad.
René Julio Milla Auger.