Padre
Concepto difícil del día a día. Agradecer, lo primero, que hayas puesto tu semilla en el vientre de mi madre. Y que estuvieras presente en mi infancia, pero cuando más te necesitaba no estabas.
Aprendí las cosas de la vida, de la misma vida, de las personas con las cuales hice amistad, hubo cosas buenas y otras no tanto; sin embargo, ahora de adulto, cuánto necesité tu compañía para que me orientara, no sabía nada, envidia me daba Gabriel, su padre lo acompañaba a todas partes, mientras tú siempre tuviste una excusa para no compartir un rato conmigo.
No sé qué le hace a un niño la falta de su padre, pero te diré lo que sé: Entre cuatro paredes, padre mío no te culpo, porque cada uno va aprendiendo de diferente manera la vida.
Unos padres querendones, protectores, ausentes, o simplemente sé que existes pero no sé quién eres. Muchas veces el estado patriarcal en el cual hemos sido educados, nos dice: » Los hombres no lloran», y nos criamos con eso dentro.
Entonces padre mío aunque no lo pareciera, te admiro, solo le pido a Dios que donde estés te cuide y proteja, por mi parte parto sin resentimientos en tu contra y te disculpo no haber sido el padre que necesité.
En esta camilla ya amarrado, para la dosis que calienta mi cuerpo por dentro, y me conducirá hacia el camino de las sombras, te quiero pedir disculpas, padre, por que no llegué a ser el mejor hijo, siempre te amé y amaré, ahora que mis ojos se cierran siento tu mano tibia tomar la mía, Adiós Papá….
Tú hijo.
René Julio Milla Auger