LUNA NOVIA
Desde el principio de los tiempos, había un caballero apuesto, gallardo y de mucha responsabilidad. Él era el encargado de dar luz y calor a todos los planetas que giraban a su alrededor. Celoso de su deber, cumplía con esmero su trabajo, y sí, adivinaste; hablamos del Sol.
Durante siglos, el Sol se había desempeñado de manera impecable y sin que nada le distrajera de su importantísima misión, sin embargo; un día surgió lo impensable. Algo le empezó a causar una inquietud hasta entonces desconocida para él…era la hija de la Tierra; una hermosa y resplandeciente joven llamada Luna, a quien el Sol únicamente veía pasar, pero que nunca se dejaba alcanzar por más que lo intentara. Por su parte la Luna de vez en cuando, le dedicaba una mirada coqueta que remataba con su sonrisa picaresca, y el Sol, embelesado; ni cuenta se daba que ella había logrado su objetivo…atrapar su corazón.
Estos escarceos sucedieron cada vez con más frecuencia y entusiasmo, aunque en ocasiones los piropos del Sol sonrojaban a Luna, haciendo que ocultara su rostro de manera candorosa, unas veces cubriendo una parte de sí y otras escondiendo su belleza tras un velo oscuro del color del infinito, en un juego que inflamaba la pasión del Sol, cuando ella aparecía nuevamente en todo su esplendor.
Cada vez más enamorados, decidieron contraer matrimonio, ya que a la Luna le encantaba observar la vida en la tierra, y se había dado cuenta que los idilios de la humanidad culminaban en matrimonio, así que decidieron pedirle permiso al Creador, quien les hizo comprender lo que significaría estar por siempre juntos, advirtiéndoles que además nunca deberían faltar a sus deberes, ya que de hacerlo provocarían un caos que afectaría al universo entero.
Una vez aceptadas las condiciones, y ya de común acuerdo, la luna se vistió de novia, presumiendo su albo atuendo a toda la creación en forma de un brillante halo blanco, que cual vaporoso velo dejó caer extendido hasta la tierra misma, maravillando a todos los seres vivos que tuvieron la fortuna de contemplar ese etéreo haz luminoso que la Luna dejó deslizarse por el horizonte hasta rozar las cumbres más altas de nuestro planeta.
Majestuosa, la Luna feliz, bella y ansiosa, esperó a su apuesto y gallardo caballero. El Sol, como todo enamorado tomó a la luna por esposa, y estando frente a ella le otorgó un inigualable collar de perlas y un singular anillo con un diamante como no se ha visto jamás en el universo entero.
La Luna henchida de amor, selló su compromiso con un abrazo tal, que cubrió completamente al Sol, provocando el primer eclipse, a la par del miedo y el asombro de todos los seres vivientes que desde la tierra se inclinaron al cielo, pidiéndole a la Luna que no prolongara demasiado su abrazo para que el Sol pudiera nuevamente, esparcir su luz y calor como siempre lo había hecho.
La Luna generosa accedió a su petición, acordando con el hombre que los abrazos a su señorial esposo, serían de vez en cuando y en diferentes lugares, de modo que, si bien la humanidad en todo el orbe sería testigo de su amor, sus encuentros serían breves para poder derramar sus bondades ininterrumpidamente por toda la eternidad. Los que saben, llamaron a estos encuentros “Eclipses”, que a veces de Sol, porque él se pierde entre los brazos de su amada, y a veces son de Luna cuando la tierra ruborosa los cubre de los ojos indiscretos del hombre.
Y así, mientras el Sol se convirtió en símbolo de vida, la Luna invita a la contemplación y al misticismo; incitando al vaivén del amor. El Sol y la Luna siguen jugando a las escondidas.
Hoy, a siglos de distancia; el Sol y la Luna siguen tan enamorados como siempre, y la Luna de cuando en cuando saca su velo de novia y lo presume ante nuestros ojos, como el 23 de febrero de 2013, cuando lo lució en una danza exuberante allá por el Cerro de la Silla. Por otra parte, al Sol ya le urge un abrazo de su esposa, y como siempre ambos están tan ocupados; decidió que su próximo encuentro sea en México el próximo 8 de abril de 2024, y por supuesto; ya todos estamos puestos para esta gran fiesta a la que hemos sido gratamente invitados.
Beddy Nora Gamboa Lugo.
Monclova, Coah., Febrero de 2024
