IDUS DE MARZO
A mi padre.
Llegó marzo corriendo, desbocado,
como nunca creyó mi pensamiento,
y para siempre en mí ya se ha quedado.
Con su larga tristeza en mi lamento,
él desboca las horas, la locura,
mi corazón de tierra, vuelve viento.
Bebo dolor, desgarro y desventura,
por los cuatro costados, vengo y voy
azotada por ríos de amargura.
Ya no sé ni mi nombre, ya no soy
la que era ni jamás, padre, seré
cuando el Idus de Marzo es siempre hoy,
el día del adiós que te enterré.
María García Romero.