Te marchaste de repente
Te marchaste de repente,
al otro barrio,
sin avisar,
dejaste un gran vacío,
difícil de llenar.
La noche está lluviosa y fría
lágrimas ruedan por las mejillas.
La noche está lluviosa y fría,
las manos temblorosas.
El camino se hace empinado
lleno de dudas,
de muchas incógnitas,
no entiendo por qué te fuiste,
las veredas tienen fango
y la luz se hace opaca
ante mi débil visión,
esto es un reto,
reto que dejaste
a quienes no se rinden,
banderas de esperanza y lucha
están por venir.
Planificaste desde el cielo el programa
para el nuevo año escolar,
los directores lo solicitan,
para copiarlo y adaptarlo,
estás en el cielo
en un escritorio grande
y una computadora último modelo,
enviando lo nuevo
que conseguiste para repartirlo,
Te fuiste y dejaste esta difícil misión,
haces falta para discutir los acuerdos,
y la noche sigue lluviosa
y siguen rodando las lágrimas por las mejillas.
José Argenis Peña Salcedo.