MIENTRAS DUERMES.
A Carmen.
“La trivialidad de lo cotidiano (…)
está siempre presente(…)
mediante los detalles, comentarios o breves
observaciones sorprendentes,
jamás mediante largas descripciones”.
Milán Kundera.
Mientras duermes, escucho tu respiración rítmica, pausada, libre de toda ansiedad o preocupación. ¿Qué estarás soñando?, me pregunto, con el deseo de estar ahí dentro, con el anhelo de permanecer siempre juntos gozando de esa paz.
Mientras duermes, tengo frente a mí esa tarjetita que, junto a una paleta de chocolate, me dejaste ayer sobre la mesa: “Te voy a extrañar. Te amo”, un detallito cariñoso que se quedó muy adentro del corazón, pues bien sé que nuestra separación solamente será de unas pocas horas más de las acostumbradas.
Mientras duermes, pienso en los besos, los abrazos que me gusta darte como una expresión de mis sentimientos. No brotan de la costumbre, ni de los ritos al darte los buenos días, el ya me voy a trabajar, ya regresé, buenas noches; son el fruto de ese sentimiento que se mete más en mí, para crecer hacia adentro, tan adentro que luego no encuentra a dónde más ir, por eso se desborda hacia ti, el origen de ese cariño, receptora de ese amor. Debo refrenarlos, jalarles las riendas para que no se desboquen en este instante, pues al atropellarte con su ímpetu acabarían con el encanto de tu descanso.
El alba me hace mirar por la ventana de la biblioteca, con sus listones dorados el sol ribetea las nubes teñidas de púrpura, las hace resaltar aún más sobre el ligero claror del cielo. Es el brillo de tu mirada en este amanecer para anunciar un día espléndido lleno de tu ternura, la cual pronostica momentos que serán inolvidables, como todos los días hasta la hora de volver a dormir, con esas minucias cotidianas, que, aunque pequeñas y repetitivas, siempre dan un sentido especial a la vida, seduciéndome a cada instante.
Mientras duermes, los dedos golpetean rítmicamente las teclas de la computadora, emocionados, intentan hacer el menor ruido posible para no interrumpir tus sueños por esos mundos mágicos de tu alma bondadosa, se esfuerzan en decirte todo lo que por ti siento, buscando todas las palabras del diccionario para que no falte ninguna en la expresión de este amor inspiración de tu ser.
Phillip H. Brubeck G.