UN GRAN REGALO.
Gracias, por darme el regalo de Navidad más valioso, que es tu amistad. Son los amigos los que iluminan el camino de la vida, llenándolo de alegría.
Siempre estás ahí, acompañándome cuando más lo necesito, para compartir las alegrías y los triunfos, pues bien sabes que tu sonrisa hace que los demás podamos disfrutar de esa situación que la hizo surgir: al tiempo que se complace en ver los motivos de felicidad que tenemos los demás. Así, los corazones gritan de júbilo y ríen a carcajadas al unísono.
Gracias amigo, por tu mano fuerte que me ha servido de apoyo en los momentos difíciles de mi vida, por escuchar mis tristezas, por restañar las heridas que las situaciones adversas me han producido. Tus palabras de aliento han sido de gran valor cuando me sentía abatido por la adversidad.
Y todo lo haces de manera gratuita, entregas este gran regalo sin esperar nada a cambio, como lo hizo el Niño Dios en el portal de Belén, a todos nos sonrió con la inocencia de su corazón, llenándonos con la esperanza de una vida mejor en todos los sentidos. Abrió sus brazos para abrazarnos fraternalmente, como tú lo haces de manera constante.
Gracias amigo, por este gran regalo que me entregaste desde el momento en que Dios unió nuestros caminos.
Phillip H. Brubeck G.
